Lo extraño no es que el mundo se acabe mañana, (21- 12- 2012), que no lo haya hecho ya, si debía hacerlo, en fechas también recientes pero más proverbiales (12-12-2012) o en cualquier otro día del año que entra, tan aciago para los más supersticiosos. Ni siquiera que los ‘entendidos’ no quieran ponerse de acuerdo para decidir qué mundo es el que acaba.

Cerramos un año mientras mantenemos intacta la impresión de continuar presenciando algo que nos es excesivamente familiar.  Cuando Tom perseguía  Jerry atravesando habitaciones en su carrusel reiterativo e infinito no éramos conscientes de la realidad que vaticinaban, nuestros  escenarios vitales se reafirman en su monotonía. Perdieron su atractivo.

Urbanísticamente la ciudad está narcotizada. Con un Plan General recién aprobado y nacido senil, agotamos los recursos y nuestra capacidad para generar atractivos al ciudadano. A falta de creatividad el único recurso es el dinero. La imaginación se esconde bajo la opulencia y la falta de capital evidencia que ya no queda nada que ocultar bajo la alfombra.

Las tragedias que este mundo hiperconectado expone diariamente en los medios afianza  nuestra fragilidad. La crisis revela que las personas nos aburrimos. Y si bien el aburrimiento es la semilla necesaria para la creación, también es la explicación principal de por qué la historia está tan llena de atrocidad según palabras de Savater. Mientras la llegada del siglo 21 introdujo en nuestro imaginario colectivo una nueva forma de terror, menos tangible e invisible, el ser humano se empeña en superarse día tras día al manifestar su soledad.

¿Son las ciudades causa o reflejo de esta realidad?

El terrible suceso acontecido recientemente en Connecticut ha comenzado a circular globlamente un término hasta ahora semidesconocido: ‘Prepper’. Conocíamos su existencia pero nunca les habíamos puesto nombre a esos cientos de miles de personas que viven en EEUU permanente atemorizados o en alerta por la llegada de una catástrofe natural o inducida. Lo extraño es que ese término este acuñado también en español y que los ‘preparadores’ reconocidos en nuestro país alcancen ya varios miles (¿?)

Empresas de ingeniería españolas ofrecen sus servicios para habilitar refugios equipados hasta el más mínimo detalle para abastacer a miles de personas durante años en caso de  desastre.

“Life is what happens to you
While you’re busy making other plans”

Refugiar, implica la acción de “Acoger o amparar a alguien, sirviéndole de resguardo y asilo”. Esta componente más social y amable del refugio se opone especialmente a aquella en la que el ‘propietario’ lo considera un espacio de aislamiento construido para protegerse (en el mejor de los casos también a su familia y allegados) de posibles situaciones adversas.

La arquitectura surge de la necesidad de ofrecer refugio al ser humano. Los siguientes ejemplos de refugio son un claro ejemplo de que la vida es aquello que sucede mientras estás ocupado en hacer otros planes:

El espacio creado por Wim Goes Architecture cerca de Gante (Bélgica), ejemplifica la idea de refugio tal cual un capricho semioculto en el bosque. La sencillez de volúmenes, el empleo de materiales naturales y de la repetición en el diseño de las fachadas exteriores se integra perfectamente en un ambiente natural idealizado.

La casa se apropia del lago artificial ofreciendo al interior espacios versátiles adaptados a la necesidad de sus usuarios, a la luz cambiante, al tiempo y al estado de ánimo de sus ocupantes.

 

La casa-invernadero diseñada por Ville Hara y Linda Bergroth para Kekkilä Home&Garden es una pequeña construcción modular de apenas 10m2 diseñada para albergar de un lado los útiles necesarios para el mantenimiento de un jardín-invernadero y de otro el espacio empleado para el crecimiento de las plantas. Ofrece asimismo un habitáculo fácilmente instalable en cualquier lugar y permite al usuario desde mantener sus cultivos  hasta ofrecer un pequeño refugio donde echarse la siesta o tomar un té. La modulación del volumen en dos piezas, una transparente y otra opaca, permite simultanear estos dos usos tal cual si la pequeña casa llevase a cuestas una mochila en la que almacenase sus objetos más preciados.

 

En un entorno nada bucólico según palabras de sus arquitectos Nicolás del Rio y Max Núñez, la casa Baronia, ubicada en Quintero, provincia de Valparaíso en Chile es un refugio orientado al Pacífico en un hábitat dominado por la agresividad del Océano que ha moldeado  furiosamente la Costa hasta componer un entorno dominado por la rudeza de los pedregales y de la naturaleza agreste. La casa se sirve de la madera para estructurar un espacio no seriado en el que las plantas baja (de dormitorios) y alta (uso diurno) difieren en su diseño para adaptarse en uso y relación con el entorno. La planta baja, más reducida en altura, emplea las aperturas de fachada apaisadas mientras que la planta alta enfatiza la verticalidad del espacio sirviéndose de grandes ventanales que enmarcan el entorno.

 

Para la construcción de La Trufa, los arquitectos de Ensamble Studio practicaron un agujero en la tierra y acumularon el terreno extraido en el exterior construyendo un dique carente de resistencia mecánica. Luego se rellenó el hueco existente con heno inundándose de hormigón en masa para que al solidificarse materializase el vacío resultante. Al retirar el heno, el espacio interior se organizó para albergar un habitáculo mínimo pero suficiente para ofrecer refugio. Su funcionalidad es obvia.

 

Son cuatro ejemplos  creíbles de que si este mundo está llegando a su fin, existen indicios claros de lo que nos podríamos encontrar en el próximo.

Hasta entonces, Felices Fiestas

(Nuestro agradecimiento a los estudios por la información y las fotografías: http://www.wimgoesarchitectuur.be/ http://www.avan.to/ http://www.drn.cl/ http://www.ensamble.info/)

 

 

Lo extraño no es que el mundo se acabe mañana, (21- 12- 2012), que no lo haya hecho ya, si debía hacerlo, en fechas también recientes pero más proverbiales (12-12-2012) o en cualquier otro día del año que entra, tan aciago para los más supersticiosos. Ni siquiera que los ‘entendidos’ no quieran ponerse de acuerdo para decidir qué mundo es el que acaba.

Cerramos un año mientras mantenemos intacta la impresión de continuar presenciando algo que nos es excesivamente familiar.  Cuando Tom perseguía  Jerry atravesando habitaciones en su carrusel reiterativo e infinito no éramos conscientes de la realidad que vaticinaban, nuestros  escenarios vitales se reafirman en su monotonía. Perdieron su atractivo.

Urbanísticamente la ciudad está narcotizada. Con un Plan General recién aprobado y nacido senil, agotamos los recursos y nuestra capacidad para generar atractivos al ciudadano. A falta de creatividad el único recurso es el dinero. La imaginación se esconde bajo la opulencia y la falta de capital evidencia que ya no queda nada que ocultar bajo la alfombra.

Las tragedias que este mundo hiperconectado expone diariamente en los medios afianza  nuestra fragilidad. La crisis revela que las personas nos aburrimos. Y si bien el aburrimiento es la semilla necesaria para la creación, también es la explicación principal de por qué la historia está tan llena de atrocidad según palabras de Savater. Mientras la llegada del siglo 21 introdujo en nuestro imaginario colectivo una nueva forma de terror, menos tangible e invisible, el ser humano se empeña en superarse día tras día al manifestar su soledad.

¿Son las ciudades causa o reflejo de esta realidad?

El terrible suceso acontecido recientemente en Connecticut ha comenzado a circular globlamente un término hasta ahora semidesconocido: ‘Prepper’. Conocíamos su existencia pero nunca les habíamos puesto nombre a esos cientos de miles de personas que viven en EEUU permanente atemorizados o en alerta por la llegada de una catástrofe natural o inducida. Lo extraño es que ese término este acuñado también en español y que los ‘preparadores’ reconocidos en nuestro país alcancen ya varios miles (¿?)

Empresas de ingeniería españolas ofrecen sus servicios para habilitar refugios equipados hasta el más mínimo detalle para abastacer a miles de personas durante años en caso de  desastre.

“Life is what happens to you
While you’re busy making other plans”

Refugiar, implica la acción de “Acoger o amparar a alguien, sirviéndole de resguardo y asilo”. Esta componente más social y amable del refugio se opone especialmente a aquella en la que el ‘propietario’ lo considera un espacio de aislamiento construido para protegerse (en el mejor de los casos también a su familia y allegados) de posibles situaciones adversas.

La arquitectura surge de la necesidad de ofrecer refugio al ser humano. Los siguientes ejemplos de refugio son un claro ejemplo de que la vida es aquello que sucede mientras estás ocupado en hacer otros planes:

El espacio creado por Wim Goes Architecture cerca de Gante (Bélgica), ejemplifica la idea de refugio tal cual un capricho semioculto en el bosque. La sencillez de volúmenes, el empleo de materiales naturales y de la repetición en el diseño de las fachadas exteriores se integra perfectamente en un ambiente natural idealizado.

La casa se apropia del lago artificial ofreciendo al interior espacios versátiles adaptados a la necesidad de sus usuarios, a la luz cambiante, al tiempo y al estado de ánimo de sus ocupantes.

 

La casa-invernadero diseñada por Ville Hara y Linda Bergroth para Kekkilä Home&Garden es una pequeña construcción modular de apenas 10m2 diseñada para albergar de un lado los útiles necesarios para el mantenimiento de un jardín-invernadero y de otro el espacio empleado para el crecimiento de las plantas. Ofrece asimismo un habitáculo fácilmente instalable en cualquier lugar y permite al usuario desde mantener sus cultivos  hasta ofrecer un pequeño refugio donde echarse la siesta o tomar un té. La modulación del volumen en dos piezas, una transparente y otra opaca, permite simultanear estos dos usos tal cual si la pequeña casa llevase a cuestas una mochila en la que almacenase sus objetos más preciados.

 

En un entorno nada bucólico según palabras de sus arquitectos Nicolás del Rio y Max Núñez, la casa Baronia, ubicada en Quintero, provincia de Valparaíso en Chile es un refugio orientado al Pacífico en un hábitat dominado por la agresividad del Océano que ha moldeado  furiosamente la Costa hasta componer un entorno dominado por la rudeza de los pedregales y de la naturaleza agreste. La casa se sirve de la madera para estructurar un espacio no seriado en el que las plantas baja (de dormitorios) y alta (uso diurno) difieren en su diseño para adaptarse en uso y relación con el entorno. La planta baja, más reducida en altura, emplea las aperturas de fachada apaisadas mientras que la planta alta enfatiza la verticalidad del espacio sirviéndose de grandes ventanales que enmarcan el entorno.

 

Para la construcción de La Trufa, los arquitectos de Ensamble Studio practicaron un agujero en la tierra y acumularon el terreno extraido en el exterior construyendo un dique carente de resistencia mecánica. Luego se rellenó el hueco existente con heno inundándose de hormigón en masa para que al solidificarse materializase el vacío resultante. Al retirar el heno, el espacio interior se organizó para albergar un habitáculo mínimo pero suficiente para ofrecer refugio. Su funcionalidad es obvia.

 

Son cuatro ejemplos  creíbles de que si este mundo está llegando a su fin, existen indicios claros de lo que nos podríamos encontrar en el próximo.

Hasta entonces, Felices Fiestas

(Nuestro agradecimiento a los estudios por la información y las fotografías: http://www.wimgoesarchitectuur.be/ http://www.avan.to/ http://www.drn.cl/ http://www.ensamble.info/)